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Espero que a la bella modelo no le importe que utilice su foto para ilustrar los preciosos versos del dramaturgo gallego. De lo que sí estoy seguro es de que s...
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Espero que a la bella modelo no le importe que utilice su foto para ilustrar los preciosos versos del dramaturgo gallego. De lo que sí estoy seguro es de que si por casualidad los leyera, le gustarán casi tanto como a mí.
«Señor Rey: Una niña, nieta de una ventera,
os escribe esta carta entre gente arriera.
Pero en letras no pueden escribirse suspiros,
y no sabe otra cosa, Señor Rey, que deciros.
Como las encantadas princesas de los cuentos
suspira en un palacio de azules pensamientos,
y se muere de amor, como se mueren ellas,
y le duelen los ojos, de contar las estrellas.
Con el azor al puño y el sol sobre la frente
os vi. Soy una niña que os amó de repente,
y deshojó su ramo de rosas una a una,
con ojeras de pena y con manos de luna.
Ya no son conocidas estas manos que antes
apagaron las sedes de tantos caminantes.
Pulidas por la muerte, marfiles son ahora
mis manos, que antes eran manos de labradora.
Señor sólo con veros, ya se cumplió mi suerte:
Con su cirio de cera, me bendice la muerte.
Ramón María del Valle-Inclán
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«Señor Rey: Una niña, nieta de una ventera,
os escribe esta carta entre gente arriera.
Pero en letras no pueden escribirse suspiros,
y no sabe otra cosa, Señor Rey, que deciros.
Como las encantadas princesas de los cuentos
suspira en un palacio de azules pensamientos,
y se muere de amor, como se mueren ellas,
y le duelen los ojos, de contar las estrellas.
Con el azor al puño y el sol sobre la frente
os vi. Soy una niña que os amó de repente,
y deshojó su ramo de rosas una a una,
con ojeras de pena y con manos de luna.
Ya no son conocidas estas manos que antes
apagaron las sedes de tantos caminantes.
Pulidas por la muerte, marfiles son ahora
mis manos, que antes eran manos de labradora.
Señor sólo con veros, ya se cumplió mi suerte:
Con su cirio de cera, me bendice la muerte.
Ramón María del Valle-Inclán
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